Joyce Plath, una arquitecta estadounidense, inventó un material al que
llamó Papercrete, una mezcla de papel y concreto. La mezcla inicial
se realiza con agua y papel reciclado (cualquiera sirve: periódicos, guías
telefónicas, revistas, etc.). Luego se agrega cemento y, en ocasiones, algún
material adicional como arcilla, ceniza o arena. Con esta mezcla se
fabrican bloques, que se unen con una mezcla similar pero más líquida. Este
material es tan resistente, que con los bloques se pueden levantar casas de hasta
dos pisos sin ninguna estructura adicional. Es aislante sonoro y térmico y
reduce los costos de construcción a un tercio, es altamente resistente a
movimientos sísmicos y, por supuesto, no contaminante.
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